A través de la respiración consciente y el enfoque en el momento presente, puedes aliviar la tensión en tu cuerpo, lo que ayuda a reducir el dolor físico, especialmente en el abdomen y la espalda baja. El mindfulness no solo calma la mente, sino que también tiene un impacto directo en cómo tu cuerpo reacciona ante el dolor.
Estudios han demostrado que la práctica regular de mindfulness puede reducir la percepción del dolor crónico, haciéndola ideal para sobrellevar síntomas menstruales como calambres o fatiga.
El mindfulness también mejora el bienestar emocional. Durante el ciclo menstrual, muchas mujeres experimentan cambios de humor, ansiedad o irritabilidad debido a los cambios hormonales.
Practicar mindfulness te permite observar estos pensamientos y emociones sin juzgarte a ti misma, dándote un espacio mental para manejarlos con más calma